Cuando el lactato sube, tenemos que parar. Pero existe un entrenamiento que puede ayudarnos a eliminarlo rápido y cambiar ritmos sin dolor…
Algunos de los principales corredores competitivos de 1500 y 5000 metros tienen registros en pruebas alternadas de 200 metros. Pero uno de ellos, Galen Rupp, rompió el record al completar 24 vueltas alternando 200 metros en 30 segundos con 200 metros en 40 segundos. Para corredores de elite, hacer 200 metros en 30 segundos no es nada especial; lo interesante es la recuperación.
200 en 40 segundos no son una caminata para nadie, pero son este tipo de recuperaciones al entrenar las que permitieron que Gupp sea campeón universitario en 2009. Y se llaman trabajos “de flote”.
Al mantener la recuperación rápida, pero bajo el umbral donde quedamos exhaustos, mantenedremos altos niveles de lactato, pero sin llegar al límite donde haya que parar. Recordemos que el lactato es el producto natural del metabolismo del azúcar en ausencia de oxígeno, una reacción de poco rédito energético que crece más y más a medida que nos esforzamos y nuestra capacidad aeróbica se va viendo superada.
Los fisiólogos deportivos explican que este entrenamiento ayuda a que el cuerpo se acostumbre a remover el lactato más rápidamente hacia la sangre, donde es eliminado o usado como combustible. El resultado permite recuperarse rápido de aceleraciones, por ejemplo en el medio de una carrera, sin tener que bajar la velocidad o sufrir dolores luego.
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